ORTEGA Y GASSET
Históricamente,
la vida de Ortega se sitúa en uno de los períodos más convulsos de España. Se suceden, tras el desastre del 98, varios regímenes
políticos: la monarquía, la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la
“dictablanda” del general Berenguer,
la proclamación de la II República,
el estallido de la Guerra Civil, y
con Ortega gran tiempo exiliado, la dictadura
del general Francisco Franco.
En Europa, tras la 1ª Guerra Mundial y sus pesimistas secuelas, hay un giro hacia un
mayor optimismo en los llamados “felices
años veinte”, que, a su vez, marcan el inicio de la prosperidad económica y
hegemonía mundial de Estados Unidos
en detrimento de Europa. La llegada de los movimientos fascistas en los años
treinta, entre otras razones, provocará el germen de la 2ª Guerra Mundial y, posteriormente, la bipolarización del mundo en
la denominada “guerra fría”.
Todos estos acontecimientos, y las terribles
contradicciones en las que se debatía la sociedad española del momento, fueron
minando tanto el entusiasmo renovador como la propia salud de Ortega, no
compartía las demandas sociales de la clase obrera y el campesinado, ni podía
aliarse con las facciones de la derecha española. Por ello, la guerra civil y
el exilio fueron su “salida
natural”, no había sitio para Ortega en la España del momento.
Sin embargo,
este periodo de crisis socio-política coincide con la Edad de Plata de la cultura española: Picasso y Sorolla en Pintura,
Gaudí en arquitectura, Albéniz y Falla en música, Eugenio D’Ors, Pérez de Ayala
y el propio Ortega en el campo del pensamiento, y Ramón y Cajal en ciencia.
Ortega da
continuidad a los movimientos que aspiran a resolver los <<males de la
patria>>: el regeneracionismo
de Joaquín Costa, la renovación
pedagógica de Giner de los Ríos o la generación
del 98. Ortega propugnó la necesidad de una efectiva modernización y
europeización de España, tratando de realizar una verdadera tarea de
regeneración del país.
Contexto filosófico
En el contexto
filosófico Ortega encuentra en Alemania la ciencia del neokantismo. Este modelo lo abandona y participa del idealismo al que considera causa de la
crisis de la modernidad. Por tanto, la superación del idealismo es para Ortega
la solución a los problemas de España y Europa. Según él, si el principio de
racionalidad (la razón pura) con el que nace la Edad Moderna es superado por
otra idea más básica (razón vital), se abrirá una nueva época.
El vitalismo de Nietzsche y la fenomenología
de Husserl serán decisivos en la
configuración de la propuesta orteguiana para superar al idealismo. Del primero
asumirá su concepción perspectivista de
la verdad y la defensa de los
valores vitales, aunque Ortega enfrentará su raciovitalismo al vitalismo nietzscheano.
De Husserl heredó la preocupación por
hacer que la filosofía descansara en un fundamento firme. Pero para la
fenomenología la realidad radical será la conciencia,
mientras que para Ortega lo será la vida.
Los existencialismos de Heidegger y Sartre son afines a Ortega.
Así, la descripción orteguiana de las categorías
de la vida supone un proyecto cercano al análisis de Heidegger de la existencia humana. Con Sartre comparte
la idea de que el ser humano carece de
naturaleza, puesto que, según Ortega, la vida es un <<quehacer>>. También coinciden al afirmar que el
hombres es un <<náufrago>> en la existencia y que continuamente
tiene que decidir la vida que ha de vivir. No obstante, Ortega se separa del nihilismo y angustia vital del existencialismo.
La influencia
del historicismo de Dilthey fue decisiva en el concepto
orteguiano de razón vital e histórica:
el ser humano es incomprensible fuera de su vida y su historia. También su
concepción de la vida como realidad radical y como elemento desde el que hay
que partir para <<comprender>>
al hombre. Este no se puede <<explicar>> a través de la ciencia.
Posición de Ortega y Gasset con
Descartes.
· La
realidad (Ontología). Para Descartes la única existencia real es lo
percibido con certeza por la razón. Por tanto, lo real es lo racional matematizable.
Esta realidad cierta es idéntica e igual para todos los sujetos que apliquen
correctamente el método. Además, distingue el dualismo ontológico, separando la
sustancia pensante (razón) de la sustancia extensa (cuerpo).
Para Ortega la
realidad es perspectiva. La realidad se muestra desde tantos puntos de vista como sujetos. Por
tanto, la realidad completa nunca será conocida. Solo el sujeto que aglutinara
las infinitas perspectivas podría conocer toda la realidad (Dios), aunque esta
hipótesis sea contradictoria y utópica, pues todo yo conoce desde su punto de
vista, el proporcionado por su circunstancia. Cada sujeto y época solo tiene
acceso a una parte de verdad, que forma parte de la verdad absoluta.
· El
conocimiento (epistemología). Para Descartes será verdadero lo que la razón distinga
como claro y distinto, excluyendo al lugar y momento histórico al que
pertenezca. La razón que alcanza claridad y distinción es una razón separada y
sin ningún contacto con el cuerpo: la sustancia pensante, que cuando se deja
llevar por los sentidos entra en contacto con lo sensible y pierde la capacidad
de alcanzar la verdad.
Para Ortega el conocimiento siempre es alcanzado desde una perspectiva, desde un punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina la parte de verdad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrá alcanzar el conocimiento absoluto y definitivo, alcanzarán solo una parte de la verdad.
Para Ortega el conocimiento siempre es alcanzado desde una perspectiva, desde un punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina la parte de verdad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrá alcanzar el conocimiento absoluto y definitivo, alcanzarán solo una parte de la verdad.
· El ser
humano (antropología). Descartes propone un dualismo antropológico, lo
único indudable es la existencia del “yo pienso”, una sustancia que se define
como pensamiento. Lo corporal es una sustancia extensa, distinta y separada del
yo. Por eso la razón de los hombres de todas las épocas y lugares es la misma.
Para Ortega lo que define al hombre es su vivir. La vida no es una sustancia, no tiene naturaleza, tiene historia. El hombre es un ser que se está haciendo continuamente a sí mismo, decidiendo desde el marco de libertad que le ofrece su circunstancia. El hombre no puede prescindir de la cultura: de querer conocer la verdad, de actuar bien y de contemplar lo bello. Sin verdad no hay hombre, pero esa verdad solo es accesible y útil para un hombre, es la razón vital.
ACTUALIDAD
El papel de la cultura y la educación.
El
texto de Ortega critica el culturalismo, la concepción racionalista de la
cultura. Para él, la cultura o surge de inquietudes e intereses vitales o se
convierte en algo ajeno, falso y extraño al hombre, que este abandonará. El
racionalismo se ha empeñado en perpetuar la vigencia de unos contenidos
culturales que recibirán todas las generaciones a las que, por tanto, les
resultara cada vez más ajenos. La cultura debe incluir unos contenidos que el
hombre en cada época sienta como fruto de su tendencia a la verdad, el bien y
la belleza.
Hoy se critica un alejamiento de la sociedad de los contenidos culturales tradicionales, una especie de "embrutecimiento" o "desalfabetización". ¿No se estarán ofreciendo unos contenidos culturales anticuados, esclerotizados por la acción de una razón que ha olvidado lo vital? ¿No deberíamos reformular esos contenidos "fundamentales" para que, conectados con la vida, resulten significativos?. Vemos que el interés orteguiano por el lugar de la cultura y su relación con la vida reaparece a que reflexionemos sobre el ser humano actual.
Lo anterior puede aplicarse a los criterios de la Administración para elegir los contenidos curriculares que deben enseñarse. ¿Tiene sentido proponer contenidos no significativos, que no dicen nada a quienes teóricamente deberían interesarse por ellos? ¿Existen contenidos interesantes por sí mismos que deben enseñarse caiga quien caiga? Esta posición pedagógica podría ser una expresión del culturalismo criticado por Ortega.
Hoy se critica un alejamiento de la sociedad de los contenidos culturales tradicionales, una especie de "embrutecimiento" o "desalfabetización". ¿No se estarán ofreciendo unos contenidos culturales anticuados, esclerotizados por la acción de una razón que ha olvidado lo vital? ¿No deberíamos reformular esos contenidos "fundamentales" para que, conectados con la vida, resulten significativos?. Vemos que el interés orteguiano por el lugar de la cultura y su relación con la vida reaparece a que reflexionemos sobre el ser humano actual.
Lo anterior puede aplicarse a los criterios de la Administración para elegir los contenidos curriculares que deben enseñarse. ¿Tiene sentido proponer contenidos no significativos, que no dicen nada a quienes teóricamente deberían interesarse por ellos? ¿Existen contenidos interesantes por sí mismos que deben enseñarse caiga quien caiga? Esta posición pedagógica podría ser una expresión del culturalismo criticado por Ortega.
ACTUALIDAD 2
La filosofía de Ortega y Gasset permanece
plenamente vigente, no sólo por su proximidad en el tiempo, sino también por
los temas tratados. Como por ejemplo:
El tema de España es una de las
preocupaciones fundamentales de Ortega. Él vinculaba el desarrollo de nuestro
país con su vinculación a Europa. Desde la adhesión de España a la Comunidad
Europea éste desarrollo se ha hecho realidad.
Ortega también se queja de la distancia
entre la política de su época, oligárquica y caciquil, y la sociedad civil. Hoy
en día la distancia entre políticos y los ciudadanos es igualmente palpable:
bajos índices de vinculación a partidos políticos y sindicatos; baja
participación en consultas electorales; y, sobre todo, el descrédito de la
clase política.
El perspectivismo de Ortega nos puede
ayudar para comprender y encarar problemas cotidianos de hoy en día como: la
diversidad cultural y la supuesta guerra de civilizaciones. Las posturas
etnocentristas, que defienden la superioridad de unas culturas sobre otras,
carecen de sentido viéndolas desde la perspectiva de Ortega. Los puntos de
vista dependen de las circunstancias y nadie puede acceder a toda la verdad,
sólo podemos alcanzar a ver una parte de esa realidad la que nos permiten
nuestras circunstancias. Ninguna cultura o civilización puede por tanto
atribuirse toda la verdad. Solo la unión de las verdades parciales nos
conducirá a la verdad real.
2c) Filosofía de Ortega Y Gasset
Ortega considera que nuestra época debe superar los
principios básicos de la modernidad. En el caso de la Edad Moderna, el
principio básico que Ortega encuentra es el de la subjetividad, y la filosofía que lo gesta el racionalismo y el
idealismo. El racionalismo es
contrario a la vida. Por su parte, el
idealismo presenta al mundo como una construcción del sujeto cognoscente.
Ortega piensa, que es necesario encontrar una solución a las diferencias entre
el racionalismo y el relativismo, entre el idealismo y el realismo. Y solo es
posible con la subjetividad.
Ortega está de acuerdo con Nietzsche en que la tradición
ha cometido el error de supeditar la vida a la razón, pero rechaza la actitud
vitalista de Nietzsche, con su “racio-vitalismo” reivindica una razón que no
sea contraria a la vida, la razón vital. En la historia del pensamiento se han
dado dos interpretaciones opuestas de la realidad, el realismo y el idealismo. El realismo se equivoca al pensar que
el mundo puede existir al margen del sujeto y el idealismo al pensar que el
mundo depende del sujeto. Ortega piensa que el mundo y el yo no son
independientes, sino que van conectados. Los términos yo y mundo, sujeto y
objeto pueden expresarse también con las palabras yo y circunstancias: el yo no
puede darse sin las circunstancias, “yo soy yo y mis circunstancias”.
LA VIDA, REALIDAD RADICAL
La realidad
radical es la vida, mi vida. La vida es la
primera verdad y la primera realidad, el ámbito en el que se hacen presentes y
cobran sentido el resto de los seres.
La vida no es una cosa, no tiene naturaleza ni es una
sustancia; es devenir y proyecto. Ortega da nombres de categorías de la vida a
ciertos rasgos presentes en la vida.
Vivir es un
saberse y comprenderse. Hay que
comprender nuestro mundo y de nuestra existencia en él, y así comprendernos a
nosotros mismos.
Vivir es
encontrarse en el mundo. El mundo o
circunstancia, no es sólo el descrito por la ciencia, es también el mundo de
los valores, de la religión, es toda realidad en la que se sitúa y con la que
se encuentra el sujeto y que determina su destino. Ortega habla de la
perspectiva, siendo esta, el ámbito desde el que es posible experimentar la
realidad.
La vida es
fatalidad y libertad. El mundo
que nos ha tocado vivir, nuestra circunstancia, no es algo que podamos elegir.
La vida es siempre estar en una circunstancia, tenemos que afrontar los
problemas pero también tenemos libertad, es decir, opción a decidir.
La vida es
futurición. El ser
humano ha estado siempre mirando hacia el futuro, pues nuestro ser no consiste
en lo que somos, si no lo que vamos a ser. Ortega considera que nuestra vida es
siempre atender al futuro, apostar por algo y hacer lo posible por conseguirlo.
El
perspectivismo. En la tradición filosófica se han
dado dos interpretaciones opuestas del conocimiento: El objetivismo y el
subjetivismo. El objetivismo declara
que la realidad existe en sí misma y que nos es posible su conocimiento. El subjetivismo cree que la realidad
depende de cada sujeto, por eso la verdad no es posible. Estas dos doctrinas
tienen un mismo fundamento, la creencia en la falsedad del punto de vista del
individuo. Ortega destaca el error de este fundamento: el punto de vista
individual es legítimo porque es el único posible, es el único desde el que
puede verse el mundo. Ortega dice que la realidad es múltiple, perspectivista,
existen tantos mundos como perspectivas; y cada una de ellas permite solo una
verdad, aquella descripción del mundo fiel a la perspectiva.
2 b) Comentario del texto.
Nos encontramos ante un fragmento de “la doctrina del
punto de vista”, es el décimo y último capítulo de El tema de nuestro tiempo.
Este texto propone una teoría perspectivista, es el nombre con el que Ortega
define su posición filosófica sobre el conocimiento y la realidad. Ortega
afirma que todos somos “yo y circunstancias”. Aclara que todos tenemos un punto
de vista diferente, y por ello no podemos tener toda la verdad, si no que solo
tenemos nuestra verdad, siendo esta una verdad parcial. Antes de exponer su
perspectivismo, Ortega hace una crítica al racionalismo y relativismo.
Parte 1 : Culturalismo y vitalismo deben superarse
La cultura tiene que ser vital, no implica aceptar que la
única realidad es la vida. Ortega oponiendose al vitalismo dice que la vida no
es la única realidad, esta necesita de la cultura y por ello ambas deben estar
conectadas. Si nos olvidamos de esa conexión caemos en el error del
culturalismo, una cultura separada y ajena a la vida. El ser humano no puede
prescindir de querer conocer la verdad, el bien y la belleza, por ello tiene
que producir cultura, es una necesidad vital.
Parte 2: Vida y cultura según el racionalismo y el
relativismo.
El racionalismo y el relativismo han interpretado la
relación vida-cultura como una contradicción entre dos ideas. Al intentar
resolverla haciendo prevalecer una sobre otra, se cae en el error, pues no se
consigue explicar ni qué es la cultura, ni qué es la vida. Este error está
presente tanto en el vitalismo como en el culturalismo. Se revolverá cuando se
acepte que la vida es cultura y la cultura es vital. Por eso, el racionalismo
es el origen del culturalismo y el relativismo del vitalismo. Si la cultura no
toca a la vida, la cultura es ajena, extraña, vacía.
Parte 3: Una actividad cultural: el conocimiento
Ortega profundiza en como el racionalismo y el
relativismo han entendido la relación vida-cultura analizando como han
interpretado el conocimiento. Para el racionalismo la verdad es una y eterna.
El ser humano es corpóreo y vive en un determinado contexto sociocultural. Eso
convierte a los seres humanos en seres cambiantes. Por eso los sujetos que
pueden acceder a la verdad tienen que ser sujetos separados de todo lo corpóreo
y sensible y ajenos al tiempo y al lugar en que viven, siendo sujetos de pura
razón. El relativismo acepta que quien conoce es un sujeto particular y
condicionado por su cuerpo, cultura y sentidos. Por eso cada individuo que
intente conocer esa verdad única, la modificará. Por ello, la verdad nunca será
la misma ni para todos ni para todos los tiempos, y nunca será conocida.
Ortega niega que el sujeto sea como lo describe el
racionalismo, una razón pura y que éste este imposibilitado para acceder a la
verdad. Crítica al racionalismo por eliminar todo lo corporal, sensible e
histórico que hay en el individuo, al crear el <<ente racional>>.
Ortega acepta del relativismo su concepción vital del sujeto, pero niega que
eso implique asumir que el sujeto deforma la realidad que conoce.
Para Ortega el ser humano es un individuo al que sus
circunstancias le impiden conocer toda la realidad, pero si le permiten acceder
a una parte de ella. Esa parte que conoce s una realidad verdadera, aunque no
sea toda la verdad.
Parte 4: La propuesta Orteguiana
Por la misma
razón que ningún hombre tiene acceso a toda la verdad, tampoco lo tiene ninguna
cultura o momento histórico. Los hombres solo conocen una parte de la verdad.
Eso significa que nunca se conocerá toda la verdad mientras haya historia. Para
Ortega siempre que se conoce algo, se conoce desde un punto de vista y ningún
punto de vista permite acceder a toda la realidad. Así, critica al racionalismo
por haber caído en una contradicción al suponer un punto de vista desde todas
partes al mismo tiempo y absoluto. Y al relativismo al equiparar el punto de
vista con imposibilidad de conocimiento verdadero.
Parte 5: Crítica a la filosofía: Utopía y razón vital.
La filosofía
utópica es la filosofía de quien tiene una concepción utopista de la verdad: la
filosofía racionalista. Se presenta, como la filosofía
<<definitiva>>, porque ha encontrado definitivamente la verdad
única e inmutable. La razón vital es una razón consciente de que conoce desde
un punto de vista, nunca considerará que sus conclusiones sean la realidad.
Sabe que habrá muchos puntos de vista que descubrirán nuevos aspectos de la
realidad. La razón vital será <<transformadora>>, útil para un
momento histórico en concreto.
Con primitivos se refiere a los pintores de la renovación
pictórica Europea. Ortega critica a estos pintores porque han olvidado un
elemento esencial: solo se puede representar una escena con coherencia desde
una perspectiva, si las pinta tal y como son cae en incoherencias, se vuelve
<<primitivo>>.
Se debe evitar caer en error utópico, el filósofo actual
no debe olvidar que la suya solo es una perspectiva más, consecuencia de sus
circunstancias. Al olvidar que su conocimiento es el resultado de un punto de
vista, los racionalistas olvidaron que lo que veían estaba limitado por el
horizonte de esa perspectiva. Así confundieron su punto de vista con la
realidad absoluta.
Parte 7: Las perspectivas se complementan.
La verdad absoluta se conseguiría sumando las
perspectivas de todos los humanos. Pero no es fácil unir un número infinito de
perspectivas históricas, es imposible. Esa posibilidad sería atribuible a Dios,
porque solo el sería capaz de unir todos los puntos de vistas posibles. Ortega
no dice que exista Dios, es una hipótesis.
Cada uno debe dedicarse a descubrir cuál es esa
perspectiva de su tiempo y que le permita la parte de verdad que tiene
obligación de encontrar. Descubriendo esa verdad cumplirá su lugar en la
historia.
2 a) Vocabulario
- Culturalismo. Posición intelectual que, por insistir en la importancia de la cultura olvida que el origen de la cultura es la vida. El tipo de cultura que define el culturalista es una cultura que no dice nada al individuo de su tiempo y que, el individuo rechaza. El culturalismo es consecuencia del racionalismo.
- Dios. Sujeto que situado en los infinitos puntos de vista humanos, aglutinaría todas las perspectivas posibles y sería conocedor de la verdad absoluta.
- Idea. Pensamiento que construye el ser humano para interpretar la realidad. Las ideas surgen de su vida y, por ello, tiene que discutirlas, defenderlas, modificarlas o rechazarlas. Todas las teorías de porque pasa lo que pasa son ideas.
- Mundo. O circunstancia. Uno de los elementos constitutivos de la vida, que es yo y circunstancia. Es el mundo vital en el que se halla inmerso: el mundo físico, la sociedad, la cultura, la historia, pero también su cuerpo y mente. Nadie puede elegir el mundo en el que tiene que vivir. Le es dado. Pero ese mundo le da la oportunidad de elegir.
- Perspectiva, perspectiva vital e individual. Ontológicamente es uno de los componentes de la realidad. Epistemológicamente es el punto de vista del yo. Toda perspectiva es vital e individual: cada sujeto desde su circunstancia, desde su punto de vista, capta una parte de la verdad.
- Porción de verdad. Cada verdad parcial que puede ser conocida por un individuo desde su punto de vista
- Punto de vista. Perspectiva. <<Lugar>> desde el que cada individuo conoce una parte de realidad y consigue su parte de verdad.
- Punto de vista absoluto. Punteo de vista inexistente. Son hipótesis racionalistas sin sentido. Todo punto de vista es individual y vital y consecuencia de unas circunstancias. Un punto de vista absoluto es el que correspondería al yo puro.
- Racionalismo, racionalista. Corriente filosófica donde la razón define al ser humano, la razón está por encima de las particularidades de cada sujeto, es ultravital y extrahistórica y es capaz de conocer la verdad que es eterna y única.
- Razón absoluta. La razón que conocería la realidad universal, uniendo todas las perspectivas de todas las vidas. El único modo en que Dios podría llegar a la verdad integral.
- Razón pura. Diferentes interpretaciones que el racionalismo ha dado del sujeto que es capaz de llegar a la verdad única e invariable. Expresión semejante al yo puro.
- Razón vital. O raciovitalismo. La concepción de la razón que Ortega opone a la razón pura. La razón vital es una razón inscrita en una circunstancia, tiene como objeto de reflexión la vida que le ha dado origen.
- Realidad. El mundo. La realidad es perspectiva.
- Relativismo. Posición filosófica que niega la existencia de verdades universales y absolutas. La única verdad es la de cada sujeto.
- Utopía, utópico, utopista. Lo que no está en ningún lugar. Actitud utópica quien olvida que su conocimiento es siempre un conocimiento desde un punto de vista. Lo opuesto al perspectivismo.
- Verdad, verdad parcial e integral. La verdad es el reflejo de lo que las cosas son. Ningún individuo o época tiene acceso a toda la verdad, solo se llegaría a esa verdad sumando las verdades parciales. Cada individuo y época tiene acceso a una verdad parcial.
- Vida. Lo que cada uno es y hace. El conjunto de sus vivencias: su sentir, pensar, sufrir, amar, desear… No es una cosa, es un continuo hacerse a sí mismo. La vida es la realidad radical porque el resto de realidades brotan de ella. Hay unas categorías comunes a toda vida: A) vivir es ser consciente de que se vive b) la vida es nuestra: es intransferible c) Vivir es encontrarse en una circunstancia: es imposible separar el mundo y el yo. D) la vida es fatalidad: no elegimos nuestras circunstancias. E) la vida es libertad: nuestra circunstancia nos ofrece un margen de posibilidades. F) la vida es futurición: consiste en decidir.
- Vitalismo. La filosofía que define que la vida es la única realidad. Sus tesis: a) el conocimiento es un proceso biológico como otro cualquiera, igual que respirar. B) rechaza el conocimiento racional, propone la intuición. C) la cultura debe someterse a la vida. Frente al vitalismo Ortega propone el raciovitalismo.
- Yo puro. Expresión con la que Ortega se refiere al tipo de sujeto que es capaz de conocer la verdad eterna e inmutable. Sujeto separado de su punto de vista. Al <<yo puro>> Ortega opone el yo que es <<yo y circunstancia>>.