KANT
Kant fue un filósofo alemán que vivió en el siglo
XVIII, coincidiendo con la independencia de los Estados Unidos, la Revolución
Francesa y los inicios de la Revolución Industrial. Kant definió su tiempo como
una época de ilustración. Este movimiento cuyos padres son Locke y Newton, nace
en Inglaterra y llega a Francia, desde donde se difunde por todo el continente.
La Revolución industrial comienza en Inglaterra a
partir de la segunda mitad del siglo, pero la economía europea sigue siendo
agraria.
En algunos países se produjo una revolución agrícola que provocó un aumento geográfico.
En algunos países se produjo una revolución agrícola que provocó un aumento geográfico.
En el terreno político, predomina el despotismo
ilustrado, sistema en el que los monarcas aplicaban las reformas sociales
propugnadas por los ilustrados, pero sin contar con la participación popular.
En Prusia, el prototipo de monarca ilustrado fue Federico II el Grande
protector de la libertad de pensamiento.
Prusia
formaba parte de los países que se incorporaron a la Ilustración desde una
situación de menor desarrollo económico y social. Por eso aquí la Ilustración
se convirtió en un proceso elitista, dirigido por el monarca y que se apoyaba
en miembros del clero y de la universidad.
Las reformas promovidas por la monarquía prusiana tuvieron un continuo
desarrollo económico y militar. El monarca Federico II aplicó medidas propias
del despotismo ilustrado: suprimió la tortura, se preocupó por la
administración de justicia y garantizó la libertad de culto y expresión.
También insistió en la educación, instaurando enseñanza obligatoria y potenció
la secundaria. Creo instituciones destinadas al desarrollo científico, como la
Academia de las ciencias de Berlín.
Todos los ilustrados mantuvieron el ideal del progreso: pensaban que
los avances educativos, científicos y tecnológicos harían posible una humanidad
más justa e igualitaria. Asi, Kant proponía fundar una Sociedad de Naciones que
acabará con la rivalidad entre los Estados.
En el terreno científico, la física de Newton culminaba la obra de
Copérnico, Kepler y Galileo, con una concepción de la ciencia basada en la
combinación de la experimentación y el cálculo matemático. En este siglo, la
ciencia avanzó de forma considerable.
En el ámbito religioso destacan tres corrientes: el deísmo de Voltaire,
que mantenía una religión natural, válida para todos los seres humanos y sin
dogmas; el pietismo, secta protestante que basaba la religión en la reflexión
personal y en la práctica de la virtud; y el ocultismo místico de algunos
teósofos, que significó el contrapunto a la filosofía de las luces.
Contexto filosófico
En contexto filosófico en el que se va a desarrollar la filosofía de
Kant está dominado por el enfrentamiento entre racionalistas y empiristas, que
mantenían concepciones diferentes del conocimiento humano: mientras que los
racionalistas sustentaban todo el conocimiento en principios procedentes de la
razón, los empiristas apoyaban su explicación del conocimiento en los datos de
la experiencia. Kant, educado en el racionalismo pero sensible a los argumentos
del empirismo, sintetizará ambas corrientes en su filosofía trascendental.
Desde el racionalismo dogmático alemán, Wolf mantenía la posibilidad de la
metafísica, es decir, de un saber a priori, independiente de la experiencia,
acerca del alma, del mundo y de Dios. Desde el empirismo, Hume, al fundar el
conocimiento humano a posteriori, en la experiencia, consideraba la metafísica
una ciencia imposible.
Respecto a la Ilustración alemana, debemos destacar la fragmentación de
Alemania en pequeños principados, el humanismo protestante y la libertad de
conciencia, hicieron que se diferenciase notablemente de la francesa e inglesa.
No obstante, la influencia que ejercieron el pensamiento inglés y francés fue
importante. Los ilustrados alemanes se preocuparon principalmente por la
filosofía de la religión, la metafísica y la educación.
Relación de Kant con Santo
Tomás de Aquino
El máximo representante de la ilustración alemana, Kant, nos propone
una moral formal y autónoma, critica las morales materiales y heterónomas, al
relacionar la moral kantiana con la tomista, veremos cómo representa el
planteamiento moral que Kant rechazó.
Para Aquino, la moral es lo que se ajusta a los preceptos de la ley
natural, preceptos que la razón deduce del análisis de las inclinaciones
naturales del ser humano.
Hay discrepancias entre este planteamiento y el kantiano. La moral
tomista es una moral material. Sin embargo, la kantiana es una moral formal. Si
nuestra máxima respeta el imperativo categórico, entonces nuestra máxima será
autónoma y nuestra acción moralmente buena.
Por otro lado, los preceptos tomistas son normas particulares y contingentes
que se expresan en imperativos hipotéticos. Por tanto, el precepto tomista
“conservar la propia existencia” no es absoluto, sino que se expresaría en
forma de imperativo hipotético “conservar tu vida si no tienes que defender un
valor más elevado”. Frente a esto, Kant propone leyes morales y universales y
necesarias, se expresan en forma de imperativo categórico.
En tercer lugar, la moral tomista sería para Kant una ética heterónoma
porque los bienes y preceptos que se han de seguir vienen de fuera y son los
que deciden su acción. De esta forma el ser humano no se auto determinaría ni
sería libre, sino que estaría obligado a tener que seguir lo que su naturaleza
le impone. Kant propone una moral autónoma basada en leyes que la razón extrae
de sí misma.
Actualidad
La educación como conquista
de la autonomía
El objetivo de nuestro sistema educativo es la adquisición de una serie
de competencias entre las que se encuentra la capacidad para aprender
autónomamente. Este objetivo coincide casi literalmente con la propuesta
kantiana del artículo. No exageraríamos si dijéramos que la educación actual
persigue ilustrar, es decir, hacer que nuestros menores sean capaces de pensar
por sí mismos para llegar a ser ciudadanos críticos y libres de prejuicios.
El ser humano como fin
Las modernas formas de explotación sexual o comercial del menor, de la
mujer, del emigrante y, en general, del débil, son distintos modos de no tomar
al otro como un fin, sino como un medio. Cuando se golpea a un compañero en el
instituto y se graba en el móvil también se lo usa como medio. Pero podemos ir
más allá: Kant deja claro que quien así actúa, también se deshumaniza: se está
utilizando a sí mismo como instrumento al servicio de sus inclinaciones. Quizá
el mundo sería muy diferente si tomáramos las palabras de Kant más en serio:
nunca usar a la humanidad como medio sino como un fin.